“Rebeláis formula una sentencia cuyo contenido ha sido la guía de la solución arquitectónica: «EL NIÑO, EL ALUMNO, NO ES UN VASO QUE SE LLENA, ES UN FUEGO QUE SE ENCIENDE…»

La construcción del conjunto arquitectónico, que debe ser llevado a cabo por etapas, según las normas fijadas en el programa, nos ha determinado a concebir las estructuras independientes y de modo tal que, cuando se concluya toda la edificación, su integración genere los espacios negativos, a escala humana y coordinados entre sí plásticamente. 

El programa y la extensión del terreno disponible nos obliga y posibilita el establecimiento de una escala urbana, la que ha sido cuidadosamente explotada.

El colegio ha sido zonificado a partir de un eje norte-sur y un eje este-oeste, ubicándose en el cruce de ambos, centro gravitacional del conjunto, las facilidades de administración, hacia el oeste los servicios y hacia el este el ingreso principal y patio de honor; el parque de la urbanización, adyacente al proyecto se integra al conjunto en el eje este-oeste con el patio de honor, y la transparencia del bloque de administración sobre pilotes, hasta el anfiteatro.

Al norte del eje este-oeste contamos con los locales de estrecho contacto con el público, y que podrían asimilarse a la zona de recepción; y, hacia el sur, los locales más privados, como son internado y aulas, cuyo contacto con el público es más restringido y que podrían asimilarse a la zona de habitación.

Los locales deportivos, zonificados al sur en el límite del terreno hacia la Avda. La Marina son el pivot de unión de los locales de primaria y secundaria. Los locales de aulas para secundaria han sido concebidos en dos pisos y los de primaria en un solo piso con una zona destinada para clases al aire libre. Las aulas cuentan con ventilación cruzada, iluminación en dos frentes y orientación norte-sur.

El sistema de modulación cada metro y las características estructurales permitirán una máxima flexibilidad en la disposición de los ambientes, hoy sujetos al programa -fijado, pero que, más adelante, si las necesidades así lo requieran, podrá fácilmente adaptarlas a las nuevas situaciones. 

Segundo Premio:

Arqs. Enrique Colmenares y José Payet

1.     Zonificación :

Conforme a las características del terreno y las distintas funciones a realizarse dentro del proyecto, se decidió ubicar la zona docente en la parte norte del lote, la que colinda con un parque, por considerar que es la que puede brindar más tranquilidad para la pedagogía y se halla liberada del intenso tráfico que existe y ha de existir en la Av. de la Marina. La tabla de internado, la granja y huerta, se ubicaron cercanas al servicio por considerar indispensable su funcionamiento en conjunto (cocina con panadería, con internado, etc.). Las facilidades anexas a la docencia y las necesarias para convenciones y congresos se hallan en la parte sur del terreno y dan a la zona de menos privacidad, por razón de sus mismas funciones, en cierto modo ajenas a las clases. Quizás, en última instancia, podemos decir que las facilidades complementarias se hallan integradas con la administración para comodidad de las madres educadoras del plantel, a la hora que tienen que dejar a sus hijos para dictar clases.

2.     Etapas:

Las etapas de construcción se han respetado estrictamente, agrupándolas en edificios distintos cada una para facilidad de la construcción y evitar tener que dejar zonas a medio construir.

3.     La estructura:

Ésta resulta casi generalmente con pórticos de concreto armado a excepción del gimnasio y auditorio, donde debido a las luces se ha aplicado una estructura laminar tipo «Folder plate». El tratamiento externo ha tratado en todo momento de expresar la estructura acusando las columnas y vigas de los pórticos en concreto cara vista.

4.     Observaciones:

Se ha tomado la libertad de variar en algunos casos los porcentajes de las circulaciones de las aulas por considerar que las definidas en el programa serían insuficientes. Lo mismo en el caso de algunos servicios higiénicos en la misma zona, los cuales, de acuerdo al reglamento de colegios serían también insuficientes.” 

Fuente: REVISTA: Gran Unidad Escolar de Mujeres Miguel Grau. (1965). El Arquitecto Peruano, 332-333, 24-26