“Las líneas simples y sobrias, consta de 2 niveles. La horizontalidad el volumen hacia la calle, y los «Brise Soleil» lo enmarcan en el lenguaje moderno, complementando el color blanco. Su diseño racional, el juego de niveles y la relación ambientes-patio; la convierten en una muestra muy lucida de la vivienda moderna en Lima.”

Fuente: POST EN BLOG: FAUA-UNI y Fundación Ford. (2012, Enero 11). 4886 Casa Zuzunaga [Entrada de blog]. Recuperado desde http://arquitecturacontemporanealima.blogspot.pe/search?q=zuzunaga

2.2 “Cuando se funde la rebelde materia con el espacio que trasciende su propia continencia, guiados por la luz poderosa de la mano del artista, el tiempo huye y un halo de misterio se apodera de las formas.

Insaciable para destruir, el tiempo es dueño de todo lo humano. Pero, es testigo del universo cambiante, respeta, erige y da fe del Arte, y lo proyecta hacia siempre, cuando puro se niega a someterse a la moda o al efecto.

Nuestro ejemplo tiene 15 años (Georg Rudolf -1962-, Lima) y su luz es fresca, su sonido no se apaga, mueve hoy, más fuerte quizá, las fibras últimas, a veces dormidas del amplio espectro de sensaciones, más allá del espacio agradable, de la luz apropiada, de la proporción precisa, de la textura correcta, donde se parecen el verso y la arquitectura.

Sin embargo, los materiales no son la creación. Es la elección y la distribución lo que los une, dependencia de unos y otros. El peso se lleva al suelo de manera casi invisible. La piedra es sólida: la base; el fierro es fuerte: el apoya; el ladrillo es frágil: el término. El espacio es único, el límite entre adentro y afuera es apenas perceptible, todo pertenece.

Cuando llega el momento en que todo es importante, y al mismo tiempo nada lo es, cuando el manejo de los componentes es sosegado, básico, vital, se llega a la verdad y todo parece depender de su acompañamiento. Verdad que por serlo no quiere ser más de lo que realmente es, y donde el hombre, medida física y espiritual de todas las cosas se mueve sin esfuerzo, recreado, realizado.

Menos, porque el hombre es más importante que su obra; menos, porque el espacio de vida es uno solo; menos, porque los materiales tienen que ser pocos para fundirse bien; y al final el todo, sólido coherente, y a la vez joven, fresco.

No precisa, quien tiene fe, de la admiración cotidiana, la medida vulgar no llega, la mediocridad no ofende, se es sólo copartícipe de la misma calle, del mismo mundo. Pero el tiempo, que todo lo guarda, se encarga llegado el día, de decir cuan arte es lo realizado, y cuanto respeto se merece.

J.A.V.” Fuente: REVISTA: Arquitectura de un suizo para un arequipeño residente en Miraflores. (1977). El Arquitecto Peruano, 356, 33-35