“El diseño del edificio Tacna estuvo a cargo del arquitecto Alejandro Alva Manfredi, teniendo como consultores para el cine a los arquitectos Schlanger, Hoffbey, Reisney y Urbhan. La construcción del cine Tacna causó expectativa en Lima desde inicios de los cuarenta. Desde 1943 se anunciaba ya el proyecto, conociéndose la ubicación pero cuestionándose aún si la sala sería administrada por la Paramount o por la 20th Century Fox. En su momento se anunció a esta sala como la mejor del Perú, y hacia 1946 el entonces gerente general de la Paramount sostuvo, refiriéndose al Tacna, que “sus características son las mismas de grandes cines de Nueva York, y estoy en lo cierto cuando afirmo que esta sala la veríamos con orgullo en la propia ciudad de los rascacielos”.

El cine está parcialmente integrado a una edificación mayor que es el edificio Tacna, que está ubicado en la esquina de la avenida del mismo nombre y el jirón Moquegua. Con diez pisos de altura y un sótano, esta edificación, ya con las características del racionalismo moderno que llegaba a Lima por aquellos años, fue diseñada para usos de vivienda y comercio, además de las funciones cinematográficas. Sin embargo, la integración formal y volumétrica del cine con el resto del edificio se da solo de manera parcial, pues en la parte posterior el volumen de la sala es, física y estructuralmente, independiente. La fachada de cine está físicamente integrada con el resto del edificio en el frente de la avenida Tacna, pero la relación estructural se da solo en los siguientes nueve metros a partir del ingreso, y comprende los tres primeros niveles de esta arte del edificio, pues los demás son de usos ajenos al cine.

En la parte posterior y en forma de L, se desarrolla el volumen que corresponde a la sala y los halls de cada nivel de localidades, ya sin guardar alguna relación física con el resto del inmueble. Incluso el sótano está dividido en dos secciones, una perteneciente al edificio Tacna y que es un estacionamiento de autos, que tiene ingreso y salida por el jirón Moquegua, y otra parte que es la situada debajo de la sala que tiene el uso de área de servicio, cuarto de máquinas entre otros.

El ingreso al cine presenta un retiro de aproximadamente 4m, y está dividido en dos secciones por una boletería de volumetría independiente. Por el lado izquierdo se accedía a las localidades de platea, y por el derecho a la mezzanine (segundo nivel) y a la platea alta (tercer nivel). Cada localidad presenta un hall independiente con un trabajo de decoración remarcable, especialmente en los dos primeros niveles en los que se aprovechó el desarrollo de una escalera curva, se tuvo cuidado en el alfombrado de los pisos, se desarrolló la iluminación indirecta, y se cuidó el revestimiento de las columnas expuestas con pepelma de distintos colores.

El espacio de la sala presenta tres localidades, platea, mezzanine y platea alta, éstas dos últimas en niveles independientes, modalidad por aquel entonces conocida como de “doble balcón”. Como ya era uso en las nuevas salas hacia mediados del XX, las butacas estuvieron ubicadas en ejes curvos, incluso las del segundo y tercer nivel, buscando así una orientación que permita una mejor visión del écran. Es importante el hecho de la total visualización de la pantalla incluso desde las butacas más alejadas, las de los extremos de la platea alta- en el tercer nivel o “segundo balcón”- a unos 45 m de distancia. La sala presentaba también iluminación indirecta así como ocho puertas de escape: dos a cada lado en el primer nivel, y cuatro más, dos en cada una de las localidades altas, confluyendo todas en dos pasajes que llevaban hacia el jirón Moquegua. En la parte más alta del cine se encuentra la cabina dotada de tres proyectores, y un cuarto de máquinas para los equipos de recirculación de aire, los cuales son proporcionales a las grandes dimensiones de la sala. 

Construido íntegramente en concreto armado con el sistema de pórticos, y con la sala techada por un tijeral metálico, el cine Tacna no ha experimentado modificaciones importantes y el estado de conservación de sus estructuras es bueno.”

Fuente: LIBRO: Mejía Ticona, V. (2007). Ilusiones a oscuras. Cines en Lima: carpas, grandes salas y multicines (1897-2007) (pp. 188-191). Lima: Autor